Hoy proponemos realizar una parte de un tramo de la ruta GR-14.1, Sendero del Águeda, que se encuentra en la primera de las tres partes que consta tal ruta, Río Turones - San Felices de los Gallegos. Y la parte a recorrecor es desde San Felices de los Gallegos hasta el Puente de los Franceses y volver. Se trata de una distancia de unos 4,5 km aproximadamente, 9 km ida y vuelta, con una dificultad media-alta ya que es preciso bajar, hasta el punte, y subir a la vuelta, las arribes del Águeda, salvando un gran desnivel en poca distancia. Para ello es necesario desplazarse hasta el municipio San Felices de los Gallegos que se encuentra a 102 Km. al oeste de la provincia. Desde Salamanca se tomará la C-517, pasando por Vitigudino y Lumbrales, en donde nos desviamos por la SA-324, que nos conduce al punto de inicio de la jornada de senderismo, hacia el Puente de los Franceses.
El origen de la ruta la iniciamos en el museo del aceite y la realizamos a través de una pista de tierra de unos 3 Km., podemos llegar aqui con el coche, hasta el punto en el que la pista se convi
erte en sendero. A partir de aqui es donde comienza lo más duro del trayecto, debido a la pronunciada inclinación que va adquiriendo el camino. Y resulta ya duro no por el hecho de la dificultad que acarrea el tener que bajarlo, sino el hecho que luego hay que subirlo. El camino se torna en senda de herradura que desciende dibujando zetas con un empedrado muy bien conservado en algunos tramos, desgastado y relamido en otros. Según vamos bajando podemos ir disfrutando del maravilloso paisaje que nos presenta el lugar, la inmensidad del tajo que deja ver el Águeda en determinadas zonas, los bancales con su vegetación típica de la zona, sus almendros, olivos, carrascos, tomillo,... con su fauna, el siseo que dibuja el vuelo de los buitres, y sobre todo por el contiuno enc
ajonamiento de las arribes del Águeda. A mitad de la bajada, a mano derecha, podemos observar otras de las plantas típicas de la zona de las arribes, las chumberas. Poco a poco continuamos desdenciendo hasta que llegamos a un punto donde podemos descubrir la alomada figura del puente de los Franceses, en un estupendo estado de forma para su edad y aislamiento. Asi pues llegamos a mitad del recorrido de la ruta planeda, nos espera lo mas dificil, la subida. Pero antes de emprender el retorno debemos de fijarnos y recrearnos del esplendido lugar donde nos encontramos, con la tranquilidad del murmullo del agua del rio, unido al canto de los pájaros.
erte en sendero. A partir de aqui es donde comienza lo más duro del trayecto, debido a la pronunciada inclinación que va adquiriendo el camino. Y resulta ya duro no por el hecho de la dificultad que acarrea el tener que bajarlo, sino el hecho que luego hay que subirlo. El camino se torna en senda de herradura que desciende dibujando zetas con un empedrado muy bien conservado en algunos tramos, desgastado y relamido en otros. Según vamos bajando podemos ir disfrutando del maravilloso paisaje que nos presenta el lugar, la inmensidad del tajo que deja ver el Águeda en determinadas zonas, los bancales con su vegetación típica de la zona, sus almendros, olivos, carrascos, tomillo,... con su fauna, el siseo que dibuja el vuelo de los buitres, y sobre todo por el contiuno enc
ajonamiento de las arribes del Águeda. A mitad de la bajada, a mano derecha, podemos observar otras de las plantas típicas de la zona de las arribes, las chumberas. Poco a poco continuamos desdenciendo hasta que llegamos a un punto donde podemos descubrir la alomada figura del puente de los Franceses, en un estupendo estado de forma para su edad y aislamiento. Asi pues llegamos a mitad del recorrido de la ruta planeda, nos espera lo mas dificil, la subida. Pero antes de emprender el retorno debemos de fijarnos y recrearnos del esplendido lugar donde nos encontramos, con la tranquilidad del murmullo del agua del rio, unido al canto de los pájaros.Por encima del puente nos encontramos con una puequeña central hidroeléctrica que toma el ag
ua de una pequeña presa rio arriba. Podemos observar que antiguamente estaba situado un poco más abajo de lo que está en la actualidad, pero una riada se lo llevó por delante y se contruyó unos metros más arriba. Si os fijais bien al lado de la central eléctrica quedan los restos de dos puequeños molinos que seguramente no aguantarán mucho tiempo, ya que están a la espera que otra gran riada se lo lleve rio abajo. Despues de disfrutar del lugar partiremos de vuelta a San Felices, cuesta arriba, parando de vez encuando para recobrar el aliento y poder echar alguana mirada atrás para volver a ver la grandeza de las arribes del Águeda, que como podreis comprobar no tiene nada que enviadiar a las del Duero.
ua de una pequeña presa rio arriba. Podemos observar que antiguamente estaba situado un poco más abajo de lo que está en la actualidad, pero una riada se lo llevó por delante y se contruyó unos metros más arriba. Si os fijais bien al lado de la central eléctrica quedan los restos de dos puequeños molinos que seguramente no aguantarán mucho tiempo, ya que están a la espera que otra gran riada se lo lleve rio abajo. Despues de disfrutar del lugar partiremos de vuelta a San Felices, cuesta arriba, parando de vez encuando para recobrar el aliento y poder echar alguana mirada atrás para volver a ver la grandeza de las arribes del Águeda, que como podreis comprobar no tiene nada que enviadiar a las del Duero.
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